domingo, 9 de noviembre de 2014

Y esto se llama: "Deshojando Margaritas"- Walter Riso


Aquí me presento de nuevo, pero esta vez ante un libro recomendado en una clase de psicopatología. Todos solemos adentrarnos en historias de miles de libros y eso es lo que los hace tan interesantes, sumando la riqueza de vocabulario y ortografía que nos otorgan. Sin embargo, he tenido una conexión mayor con lo que este autor ha intentando comunicarle a su público; el hecho de darle un uso más racional al concepto del amor. Ahora espero que no se cuestionen si se han enamorado o no, porque en general todos lo han estado o han sentido algo cercano a ello. Pretendo exponer su vulnerabilidad para que se logre dar una visión más objetiva, realista y lógica a lo que de verdad nos sucede cuando creemos estar algo loquitos y desesperados, o como diría mi madre, con cara de ternero degollado. 

Tengo un poco de inspiración recordando las veces en que me ilusionaba de pequeña con cosas pequeñas y que ahora me parecen absurdas; a parte de que estoy escuchando las primeras canciones que compuso Shakira, donde supo describir bien algunos comportamientos que podemos tener ante estas circunstancias. Ustedes saben que les da vuelta en la cabeza esa persona por la que alguna sintieron cosas tan fuertes, cuando no podían sacarla de su mente, cuando pretendían invertirle el 99.9% de su atención, cuando llegaron a cuestionarse si era sano que eso sucediera, porque parece enfermizo a la vez ¿no?

El libro lleva el lazo perfecto para describir todos los aspectos del amor desde los principios de la historia. Habían controversias entre los matrimonios entre los siglos XVI-XVIII hasta que finalmente pasó de ser un acto de preservación y descendencia a una consumación total de verdadero afecto con el que consecuentemente vienen los hijos, fruto divino y perfecto para los que desean con fuerza y esperanza que se prolongue su existencia. 

En lo poco que llevo viviendo(dos décadas exactas) he aprendido a "pulirme" con ciertas cosas raras que le pasan a cualquier por ingenuo, y por eso tiendo a ser más crítica en esas cosas del amor. Tiendo además a analizar y reprochar actitudes de muchas parejas que aún están idealizando a su pareja, creen que todo es magia, que es eterno, que no se distorsiona, que es único y exclusivo. Vivimos en un mundo que evoluciona a diario, en el que las relaciones de toda índole tienen sus altibajos, nos demuestran a diario que no son perfectas, que todo terminar de un segundo a otro si el respeto y la confianza no reinan en dicho lazo. 

Resulta finalmente muy complicado el hecho de entablar y establecer algo formal con alguien...si es que usted se toma el trabajo de conocer y dejar conocerse. Porque ahora bien recuerdo que no faltan las mentes jóvenes desbordadas y enamoradas semanalmente de alguien diferente, muy triste y desastroso por supuesto. Creo que este es el espacio perfecto para definirme entre letras y pensamientos, para darles a entender un punto de vista que aunque siempre desea ser neutro, no deja de lado a esa emoción primitiva de querer tener una compañía, una canción, un verso, un baile, una cena con alguien verdaderamente especial. Y pienso que es normal, todos nos movemos por procesos neurohormonales, y el proceso de relacionarnos con una persona en la que encontramos un gusto más allá de lo normal resulta ser algo crucial en lo próximo, si es que se da. 

Para un buen funcionamiento de todo, será esencial tener un pensamiento crítico en lo que respecta el amor y sus lujurias. Dejemos de fantasear tanto y empezar a pensar un poquito más, que aunque deliciosa la sensación de ser prioridad para alguien, no es perdurable en el tiempo como quisieramos. Muchas cosas asechan la mente de todos, y todo ello puede ser más intenso, rígido o desbordado para mantenernos firmes en algo que debe ser tan espontáneo como la apertura ocular en horas de la mañana. 

Lean el libro, les gustará. 

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